CONSEJOS
PARA LA LIMPIEZA DE LOS MUEBLES
Parte 1:
Preparación
Como
normal general, comentarte que la limpieza de los muebles, cuando se trata del
polvo, es mejor poco a poco y con constancia. Si bien es sabido que “no el que
no es mas limpio el que mas limpia, sino el que menos ensucia”, cuando se trata
del polvo en nuestro hogar y particularmente en nuestros muebles, es una
suciedad menos controlable. Cierto es, que para tener un buen “control” del
polvo en nuestro hogar, además de la limpieza que iremos comentando en este
blog, no hay que abusar de la ventilación al abrir puertas y/o ventanas, con 10
minutos al día es mas que suficiente.
Otro
tema en la limpieza de los muebles, aparte del polvo, son las manchas,
ralladuras, quemaduras de cigarro, marcas de “culo de vaso”, cuero, textiles,
etc...que trataremos en otros artículos. Así como olores en interiores armarios
ó cajones.
Primer paso:
Antes de pensar en la limpieza de los
muebles, quitar el
polvo de las paredes y el techo, atención a los rincones. Usa un cepillo
extensible con filamentos de nylon, ya que atraen el polvo en
lugar de dispersarlo. Para las superficies lavables usa una bayeta
de micro fibra húmeda para quitar el polvo y para las superficies no lavables usa una gamuza limpia o una bayeta de micro
fibra seca para desempolvar. Realiza
movimientos circulares para acumular el polvo bajo la gamuza. Por último, pliega
la gamuza para recoger el polvo y repite el paso anterior con
la gamuza doblada. Cuando se quede demasiado pequeña para continuar, sacudela
en el cubo de la basura y vuelve a empezar.
Recuerda que el plumero clásico,
siendo un utensilio “cómodo”, no hace mas que mover el polvo, cambiarlo de
sitio, eso no es limpieza. Ya te hablaré del plumero de lana que si es
recomendable.
Una vez, fuera el polvo de paredes,
techo y superficies, pasaremos la aspiradora a los suelos, ya tenemos ganada la
primera batalla al polvo.
Programate:
¿ Que y con
que frecuencia hacer la limpieza ?
Una vez al día: Acostúmbrate a quitar un poco cada día, aunque solo sea
el de una mesa, acuérdate de la máxima en tratar de ser el que menos ensucia,
evitando la concentración de suciedad.
Una vez a la semana: No hay nada como ser organizado, busca el día que mejor te
convenga y mántenlo como rutina. Quita el polvo de las mesas comedor,
mesas bajas, las pantallas de las lámparas y los equipos electrónicos. En
cuanto al baño, tanto lavabo, WC y bidé. A continuación todos los suelos, y
aspirar las alfombras si las hubiese.
Una vez al mes: Tómate esta limpieza como una revisión general ó
“zafarancho de combate” .Quita el polvo de paredes, techos, zócalos y
estanterías. Muebles de Salón, cocina, puertas de armario e interiores,
cabeceros y mesillas de dormitorios. En cuanto al baño, además de lo
correspondiente a la limpieza semanal, incluye la bañera.
Programa de limpieza
Nadie contrata un servicio que se
compromete a venir "algún sábado u otro día cuando no tenga otra cosa que
hacer". Actúa como un profesional y prepara un programa de trabajo. Los profesionales no paran
hasta haber acabado el trabajo, y tampoco debes hacerlo tú. Haz un
programa de trabajo y cúmplelo para hacerlo en un tiempo record.
Ropa adecuada y libre
de distracciones
En
tu limpieza semanal y mensual, lleva la ropa adecuada, cómoda, lavable y
pensada para la limpieza, zapatos adecuados ( tanto para tu protección como la
del suelo que estas pisando. Gafas y guantes que te protejan cuando utilices
productos químicos. Lo mejor, es tener pensado y preparado en “uniforme” de
limpieza.
Evita
distracciones, ganarás tanto en efectividad como en tiempo, no se limpia
mirando de reojo la televisión...ó pendiente del móvil ó redes sociales...eso
si, música alegre y activa para aumentar tu energía y motivarte.
Recoge antes de limpiar
Empieza tu trabajo cuando las
encimeras, muebles, electrodomésticos y suelos estén ordenados. No pueden
empezar a limpiar si cada cosa está cubierta de papeles, juguetes, platos
sucios, o simplemente desordenada.
Utensilios
Al
igual que comentábamos con la ropa, ten preparado los utensilios de limpieza.
Compra utensilios buenos y úsalos todos siempre. Evita la tentación del último
trasto que has visto en la tele-tienda...que hace de todo y bien fácil...esta
claro, que a las “horas nocturnas” de esos programas nos rendimos mas
fácilmente a cualquier “chiche” que nos vendan. Para los muebles solamente
necesitas los productos adecuados, cepillos, aspiradora de mano y trapos. Para
el resto de la casa, aspiradora y fregona
Trabaja por zonas
Muévete una vez en cada zona de la habitación. Primero, la
zona del lavabo, limpia el espejo, quita la suciedad incrustada, pasa un trapo
húmedo por las repisas y saca brillo. No desgastes energía en tus sesiones de
limpieza; controla tus movimientos. No cedas y limpia todo lo que haya en tu
camino antes de seguir adelante.
Acostúmbrate a usar las dos manos
cuando limpies, con una mano se echa el spray al espejo y con la otra se pasa
el paño. Utiliza una mano para la suciedad en los rincones y ranuras y la otra
para las superficies planas.
Dos manos mejor que una
Los profesionales de la limpieza no trabajan como si tuvieran sólo una mano; haz tú
lo mismo. Acostúmbrate a usar las dos manos cuando limpies.
Echa spray al espejo con una mano y pasa con la otra la
toallita. Frota los estantes con dos esponjas o trapos. Limpia las pelusas de
rincones y ranuras con una mano mientras con la otra puedes pasar el trapo por
las superficies planas.
Dos mejor que uno
Dos personas hacen una cama cuatro
veces más deprisa que una sola. En un hogar de tamaño normal el trabajo se
acorta si se trabaja en equipo de dos o tres personas. Cuando las
circunstancias familiares lo permitan convierte la limpieza en un asunto
familiar. A los miembros de tu familia les costará más desordenar las cosas
cuando han tenido que esforzarse en limpiar.
Limpiar el
armario
Para limpiar cualquier armario de
nuestra casa bastará con seguir unos sencillos pasos y un poco de orden. ¿Quieres ver cuál es nuestro sistema para limpiar los armarios?
Lo primero que tenemos que hacer para limpiar un
armario es vaciarlo. Una vez que esta toda
la superficie despejada es el momento de limpiar el polvo Si el armario hace mucho tiempo que no se usa podemos
utilizar un aspirador, pero en principio nos basta con una gamuza. Después pasaremos un trapo humedecido con jabón de PH neutro, a base de
vinagre o almendra, que cuide la madera y la nutra. Por
último, tenemos que asegurarnos de secar bien todo
el armario para evitar
humedades.
Ahora, es el momento de volver a
llenar el armario y ordenar. Es aconsejable seleccionar el contenido del armario al menos una vez al año. Solo requiere unos pocos minutos y
tendrás un armario perfectamente ordenado en el que encontrarás lo que
necesitas en un abrir y cerrar de ojos.
Es sencillo si lo realizas siguiendo
estos cuatro pasos:
1. Organiza en pilas el contenido del armario. Una pila está destinada a las
organizaciones benéficas, otra para lavar y la tercera para volver a guardar.
2. Selecciona la
pila de ropa que has decidido guardar. Pon la ropa fuera de temporada en
cajas de almacenamiento bajo la cama o en bolsas a prueba de humedad y de polvo.
3. Cuelga la ropa en
perchas. Si usas perchas de
alambre la ropa se deformará. Opta por las de madera, las de plástico o las
acolchadas y utiliza perchas específicas para pantalones y faldas.
4. Al sustituir las prendas del armario, pon juntas
las del mismo tipo y las encontrarás
más rápido. Agrupa chaquetas, pantalones, trajes, faldas, vestidos, blusas y
camisas.